Y la sangre no deja de correr en Cúcuta. “¿Algún día estaremos sin escuchar que matan en cada barrio?”, es la pregunta que ayer se hacía la comunidad del barrio San Miguel, tras conocerse el asesinato de José Mauricio Sánchez García.
El hombre, una víctima más de la delincuencia en Cúcuta, fue baleado la tarde de ayer, en la calle 10 con avenida 16, del barrio San Miguel, cuando movía un dinero.
Según algunos testigos, Sánchez García era escolta y la empresa para la que trabajaba quedaba ahí mismo. Pese a que él intentó defenderse con su arma de dotación, el pistolero lo atacó a balazos hasta dejarlo agonizante en el piso.
La comunidad y algunos de sus compañeros, atemorizados porque a ‘El Negro’, como le decían de cariño, lo habían dejado gravemente herido, lo alzaron y montaron a un carro, llevándolo a la Unidad Básica Puente Barco Leones, donde finalmente falleció.
Lo iban a robar
Entre el comercio que se mueve a diario por ese sector de Cúcuta, cerca del Canal Bogotá, el miedo de los violentos volvió a aparecer. Lo más indignante para la comunidad, fue saber que a menos de 100 metros hay un CAI Móvil de la Policía y los uniformados nada pidieron hacer.
‘El Negro’ salía tranquilamente de una vivienda, con la misión de llevar un dinero a una entidad bancaria, pero con lo que no contaba era que se encontraría con la muerte al bajar las escaleras.
Un delincuente, que estaba parado en ese sitio, al ver a la víctima, le disparó. Aunque José Mauricio reaccionó con su arma, los esfuerzos fueron en vano, el pistolero lo dejó agonizante y lo robó.
En medio de la huida, el revólver del atracador se le cayó, y eso será una evidencia clave para que las autoridades puedan identificarlo.
De acuerdo a algunas versiones, en medio del intercambio de disparos, el delincuente habría resultado herido, pero las autoridades no habrían podido dar con su paradero.
‘Era muy humilde’
Algunas personas del barrio que alcanzaron a conocer a la víctima, aseguraron que era muy tranquila y “buena gente”.
Asimismo, allegados a José Mauricio, manifestaron que él era muy humilde, trabajador, emprendedor y tenía un negocio de obleas y fresas en el barrio La Libertad, junto con su familia.
