El Congreso concluyó sesiones esta semana y –como es habitual–, el afán, las peloteras y toda suerte de controversias marcaron el cierre. El balance tiene matices según la orilla política que opine. Para la oposición, el accidentado trámite de proyectos como la reforma pensional o las dificultades para adelantar mociones de censura son la muestra de que faltaron garantías. Otra es la lectura del Gobierno.
Para el ministro del Interior, Luis Fernando Velasco, el balance “es exitoso” y la legislatura “fue mucho más dulce que agria”, con todo y que dos de las reformas del corazón del petrismo –salud y educación– terminaron naufragando.
En diálogo con EL COLOMBIANO, el ministro de la política defiende las maniobras para sacar adelante la pensional, reconoce que una “torpeza política” provocó el hundimiento de la estatutaria de educación y se refiere a los nuevos proyectos que radicarán. Insiste además en un acuerdo político, revela que es necesario replantear la relación con el Congreso y no descarta “traer gente de los partidos” a propósito del remezón ministerial. Incluso, habla de su permanencia en el gabinete.
Para usted el balance legislativo fue exitoso. ¿Sí podría considerarse como tal cuando se hundieron dos de las reformas sociales del Gobierno?
Conseguimos la reforma social más importante de los últimos años (la pensional) y dejamos viva la laboral. Vamos a crear Ecominerales para formalizar la pequeña minería. Sacamos adelante el pacto de protección de inversiones con Venezuela. Cumplimos con la ley estatutaria de jurisdicción agraria, que no se había aprobado y era un asunto central del punto primero del Acuerdo de Paz.
Tenemos el cupo de endeudamiento más grande y el presupuesto más grande de los últimos años, y refrendamos el Plan de Desarrollo de este Gobierno. En lo cultural, cambiar la concepción y lograr prohibir las corridas de toros es un avance humano gigantesco.
Entonces si uno dice ‘voy a hacer un millón de cosas y haces 100 bien hechas’, pues obviamente la gente va a decir ‘falló’. Yo creo que sacamos una agenda legislativa muy exitosa y lo que el Gobierno tiene que aprender es que cuando llega a un Congreso donde no tiene mayorías, tiene que poner unas metas realizables.
Es decir, ¿pecaron de ambiciosos con tantos proyectos?
Arrancamos con una ambición que, entre otras cosas, no planteé yo. Yo solo heredé la agenda. Si a mí me hubiesen preguntado yo habría dicho ‘centrémonos en esto, esto y esto’. Es lo que voy a plantearle al Gobierno. No podemos salir el próximo año legislativo con un ramillete de proyectos. Hay que centrarnos en lo que tenemos que centrarnos y sacarlo adelante, gastándole todo el tiempo y todas las energías.
He estado veintipico de años en el Congreso. Mis últimos casi que 30 años he estado entre el Congreso y el Gobierno, y puedo decir que esta fue una legislatura realmente exitosa. Claro, tenemos oposición y nos pueden decir que es agridulce, pero es mucho más dulce que agria.
¿Está totalmente tranquilo con la reforma pensional?
Totalmente.
Se lo pregunto porque ya están pensando en presentar proyectos complementarios. ¿Eso no es una muestra de que quizá hubo afán en el trámite? Hubo quienes reclamaron por pupitrazo al acoger en Cámara el mismo texto del Senado…
No, no hubo afán. Miremos los hechos reales: este lunes, martes y miércoles, por el Estatuto de Oposición, en Senado le entregaron el manejo de la agenda legislativa a ellos. Evidentemente no nos hubieran agendado reforma pensional. Es decir, si no hacemos lo que hicimos en Cámara se hunde la reforma pensional. Es una decisión audaz. Es una decisión política que compartimos entre Congreso y Gobierno, y creo que fue una buena decisión.
Es probable que por esa decisión se nos hayan pasado un punto o dos puntos que se pueden mejorar. Bueno, ahora busquemos cómo los mejoramos, pero tenemos una muy buena reforma pensional.
¿Y tiene la tranquilidad de que legalmente está blindada? Desde ya anuncian demandas en la Corte Constitucional…
Está totalmente blindada. El elemento central de análisis de la Corte es el principio de publicidad. La Corte se pregunta: ‘¿Los congresistas conocían o no conocían la reforma que se iba a debatir?’. ¡Claro que la conocían! Desde abril estaba publicada en los anales del Congreso, en la Gaceta. Ahí está.
Claro que tuvo publicidad y la obligación del congresista es que, cuando le llega la Gaceta, debe leerla. Y si no llega, ir y pedirla, o bajarla de la nube y leerla. Ese proyecto estaba con suficiente tiempo de antelación publicado. Además se debatió.
Es que la reforma pensional estuvo dos semanas en la Cámara. La oposición pidió una audiencia y no fue, entonces uno termina preguntándose, ‘bueno, ¿realmente qué querían?, ¿querían debatirla o su único objetivo era hundirla?’. Creo que la Cámara y y nuestros aliados tomaron una buena decisión.
Hubo polémica por la avalancha de recursos y proposiciones. ¿Cree que la oposición se concentró más en asuntos de forma que en reparos de fondo?
Es un proyecto de ley con 90 artículos y le meten 800 proposiciones, 150 impedimentos y 110 recusaciones… Seamos honestos. Yo pido honestidad en el debate. ¿Se quería debatir o el único objetivo era hundirlo? Yo hago esa pregunta y entrego estos elementos. No doy la respuesta, sino que el lector dé su propia respuesta.
¿Qué pasó con la reforma a la educación?, ¿quién es el responsable de su hundimiento? Oposición y petrismo se echan culpas, pero no se sabe a ciencia cierta quién es el responsable.
Nosotros como Gobierno cometimos una torpeza política. La reforma venía muy consensuada. Pero bueno, es una reforma que vamos a presentar otra vez el 20 de julio y estoy seguro que esta vez va a tener más éxito porque porque vamos a corregir los errores políticos en los que pudimos caer.
No quiero individualizar alguna responsabilidad. En el Congreso hay leyes que salen y leyes que no salen. Esta fue una ley que no salió. Punto. Se vuelve a presentar.
¿Cuál fue esa torpeza política?
Fue una torpeza. Y si se la digo es comenzar a individualizar responsabilidades y yo creo que en las acciones del Congreso, tanto los éxitos como los fracasos, tienen que ser de equipos y no solo de personas.
¿Quedó con alguna frustración? Quizá algún proyecto que se hundió, que no pudo sacar adelante…
No. Yo siento que fue una buena agenda legislativa. Yo he estado en el Congreso y he estado desde que era presidente Andrés Pastrana. Acompañé los dos períodos del expresidente Álvaro Uribe. Los dos del expresidente Juan Manuel Santos. El período de Iván Duque. Y como ministro he estado en el periodo del presidente Petro y he visto normas muy importantes que se aprueban y normas muy importantes que se hunden. Pero de contenido social yo creo que la más importante desde que he estado en el Congreso es indudablemente la reforma pensional.
Y que la reforma laboral quede viva y que estemos en este momento en un proceso de concertación para volver a presentar la reforma de la salud me señala que hemos tenido una buena acción legislativa.
¿Qué se viene para el próximo período legislativo? Reforma a la salud, reforma a la educación, reforma a la justicia…
Creería que hay que insistir en la ley estatutaria de educación Tenemos que volver a presentar mucho más concertada la reforma a la salud y mucho más entendible, además de más práctica para debatir. Hay que meterle mano a la justicia. Yo fui ponente del acto legislativo que pasó del sistema inquisitivo al sistema acusatorio y para que ese sistema funcione es necesario fortalecer los órganos de investigación del Estado, pero también que los fiscales puedan negociar penas.
En los últimos años hemos hecho más de 90 modificaciones al Código Penal quitando cualquier posibilidad de negociación. Eso es una locura. Es decir, tenemos un sistema premial en el que al delincuente se le muestra que el Estado tiene cómo condenarlo y a cambio de ir a un largo y caro proceso, esa persona dice ‘listo, yo sí cometí el delito. Rebajen penas, pónganme a pagarlas en tal sitio, yo acepto y no hay proceso’.
Son procesos que pueden durar años y que pueden costar miles de millones terminan siendo procesos cortos. Eso hay que rescatarlo y creo que la Corte está en esa tónica. No me metería en una reforma a la justicia sobre cómo se gobierna la justicia. Me metería en una reforma sobre la justicia para el ciudadano y el ministro Néstor Osuna está trabajando ese tema.
Usted estuvo reunido con el presidente Petro el miércoles. ¿Qué le dijo?, ¿cuál es el balance del presidente?, ¿qué opina del hundimiento de las reformas?
Él está muy satisfecho. Él sabe las luchas que dimos y evidentemente está satisfecho con con el balance de la agenda legislativa. Él sabe que tenemos nuevos retos el próximo año.
Ante ese remezón ministerial que el propio presidente confirmó, ¿usted se siente tranquilo?
Tengo la seguridad de que mi permanencia o no la define el presidente, y yo también. Yo también debo pensar. Estoy en un proyecto político y tengo que ver en dónde soy más útil para ese proyecto político. Pero a mí no me desgasta pensar en eso, entre otras cosas, porque siento que le entregué al país –y he adelantado– un Ministerio de diálogo social y paz. Y un Ministerio con éxitos legislativos.
Por supuesto el Gobierno no se entromete en la elección de los próximos presidentes de Senado y Cámara, pero ¿se siente tranquilo con la cantada llegada de Efraín Cepeda (Conservador) al Senado, quien ha sido muy crítico con el Gobierno?
Efraín es un parlamentario serio. Es el más veterano de los parlamentarios y yo lo conozco. Yo siento que si el Congreso lo elige en la Presidencia del Senado Efraín no llegará a bloquear la tarea. Dará garantías al Gobierno y a la oposición.
Usted le propuso al presidente Petro la necesidad de replantear la relación con el Congreso. ¿Bajo qué condiciones se llegaría a ese acuerdo?
Sería un acuerdo político. Decir, ‘mire nuestra agenda legislativa son estos cuatro o cinco temas centrales. Señores bancadas, ¿ustedes están de acuerdo?, ¿vamos a construir esto? Tenemos esto’. Sería un verdadero acuerdo político.
Uno no se sienta primero y dice ‘vamos a ponernos de acuerdo y luego definir sobre qué’. No, lo primero es definir los cuatro o cinco temas. Preguntar si hay acuerdo y echar para delante.
¿Será que los partidos sí le caminan con la actitud confrontacional del presidente?
Si los partidos nos caminan yo le recomendaría al presidente en el remezón traer gente de los partidos que nos ayude a defender la agenda. Pero no solo gente de los partidos. Un gabinete tiene 18 ministros. Eso nos da cuatro o cinco personas de los partidos que nos ayuden a defender esa iniciativa. Y habrá personas muy técnicas que necesitamos para que nos refuercen en nuestra tarea.
¿Qué respondió el presidente?, ¿lo va a estudiar?
Él tiene una virtud: oye y oye. Él poco responde, pero oye y oye.